En el mundo del SEO y del marketing digital existen numerosos factores que pueden influir en el buen resultado de nuestra estrategia y optimizaciones. En ocasiones pecamos de centrarnos demasiado en las cosas más específicas, dejando un poco de lado las que conforman la base de nuestro sitio web.
La taxonomía SEO representa uno de los factores más importantes a la hora de construir y optimizar una web, ya que, además de influir de forma directa en la usabilidad y experiencia de usuario dentro de nuestras páginas, también lo hace sobre el posicionamiento de las mismas en los motores de búsqueda. Empecemos por el principio:
Índice
¿Qué es una taxonomía SEO?
Pues bien, la taxonomía es la práctica de clasificar y organizar el contenido de manera sistemática, jerarquizada y estructurada. Esto se aplica a multitud de disciplinas, siendo las más comunes las de la biología y la de las ciencias de la información. La taxonomía es la ciencia de la clasificación.
Como ejemplo general, podemos imaginarnos lo complicado que sería tratar de encontrar un libro específico en una biblioteca sin mecanismos de clasificación y ordenación o buscar en un supermercado en la que los productos estén colocados de manera aleatoria.
Si aplicamos esta práctica al mundo del marketing digital tenemos el concepto de Taxonomía SEO, que se refiere a la arquitectura y a la forma de organizar y ordenar los contenidos dentro de nuestro sitio web. Aquí entran en juego multitud de conceptos ya consolidados como la estructura de encabezados, categorización de contenidos, arquitectura web, etiquetado…
Por lo tanto, la taxonomía SEO es el proceso de estructurar y organizar el contenido de un sitio web de manera que sea fácilmente accesible y comprensible tanto para los usuarios como para los motores de búsqueda. En términos más simples, se trata de cómo se agrupan y etiquetan las diferentes piezas de contenido para mejorar la navegación (usuario) y la indexación (Google).
Diferencia entre Taxonomía y ontología
La ontología es otro concepto usado de forma frecuente en disciplinas como la de las ciencias de la información, pero debemos de saber la diferencia principal con la taxonomía en el SEO:
La taxonomía SEO se centra en la categorización y la estructura jerárquica del contenido. Por otro lado, la ontología se refiere a las relaciones más complejas y detalladas entre los conceptos dentro del contenido.
Mientras que la taxonomía organiza el contenido en grupos y subgrupos, la ontología se enfoca en cómo esos grupos están interconectados y se relacionan entre sí.
Ejemplos de taxonomía SEO
Lo mejor para comprender un término es ver ejemplos, por lo que veamos ejemplos para diferentes tipos de web:
- Tienda de ropa online: la taxonomía incluirá categorías principales de “Hombre”, “Mujer”, “Niños”… y las subcategorías dentro de cada una de ellas podrían ser “camisetas”, “vestidos”, “pantalones”, “zapatos”, etc. A su vez, cada producto tendrá sus propios metadatos para que sea posible la búsqueda de productos específicos, por ejemplo Camiseta “blanca”, “talla L”, “cuello en V”, “algodón”… todo con lo que se pueda clasificar un determinado producto.
- Blog de tecnología: en las webs con contenidos más informacionales también es importante la categorización, arquitectura y organización de nuestros contenidos. Así pues, un blog de tecnología podría estructurarse en un primer nivel de “Comparativa de productos”, “Guías de compra”, “Noticias de tecnología”… y en un segundo nivel especificar por “teléfonos”, “ordenadores”, “hogar”…
Aunque pueda parecer similar, no debemos confundir taxonomía SEO con arquitectura SEO; la primera se refiere a la clasificación y ordenación de todo los contenidos de una web, mientras que la arquitectura SEO se refiere a la jerarquía de las páginas del sitio. Por lo tanto, el segundo concepto está incluido en el primero.
Tipos de taxonomías SEO
Una taxonomía SEO tendrá tantos tipos como formas haya de clasificar los contenidos de nuestra web. Los principales tipos de taxonomías SEO son:
Taxonomía de categorías y subcategorías
Se trata de la forma más común y fundamental de organizar el contenido de un sitio web. Consiste en agrupar contenido similar en grupos amplios y generales para facilitar la navegación al usuario y el rastreo y comprensión al motor de búsqueda.
Las categorías son un indispensable en los sitios web, ya sean e-commerces o blogs.
Las subcategorías son grupos de contenido más específico dentro de cada una de las categorías. Como ejemplo de un sitio web de recetas, una categoría principal como “Cenas” podría tener subcategorías como “Vegetariano”, “Rápido de preparar”, “Comida Coreana”.
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Taxonomía de etiquetas (Tags)
Las etiquetas son más específicas que las categorías y permiten una clasificación más detallada y flexible del contenido. Mientras que las categorías agrupan el contenido de manera amplia, las etiquetas pueden ser usadas para marcar temas específicos dentro de cada pieza de contenido.
Un sistema de etiquetado correcto nos permite que el usuario pueda realizar una navegación cruzada de forma sencilla entre los tipos de características específicas de los contenidos. Este tipo de taxonomía se suele utilizar mucho en medios de comunicación online o en redes sociales con los famosos hashtags.
Taxonomía de atributos
Los atributos se utilizan para describir y clasificar productos o servicios específicos. Podemos verlos como “metadatos” de cada uno de los productos de nuestro sitio web. Los atributos permiten filtrar y clasificar productos basados en características específicas de los mismos.
Como ventajas principales, facilitan la experiencia de usuario al permitir búsqueda y filtrado de productos. También pueden estar presentes en las páginas de resultados de Google a través de los conocidos Rich Snippets.
Como ejemplo, en una tienda de ropa online se podrían usar atributos como “Tamaño”, “Color”, “Marca” y “Precio”.
Beneficios de una buena taxonomía SEO
Como se ha comentado anteriormente, una buena aplicación de taxonomía SEO puede proporcionar resultados positivos tanto para la experiencia del usuario en nuestro sitio web como para la optimización en los motores de búsqueda. Una correcta taxonomía SEO nos permite:
Mejora de la experiencia del usuario
Una estructura clara y lógica del contenido facilita la navegación del usuario en el sitio web. Los visitantes pueden encontrar fácilmente la información que buscan, lo que mejora su experiencia general y aumenta la probabilidad de que permanezcan más tiempo en el sitio.
Al igual que en una biblioteca o en un supermercado, la buena organización y disposición de los productos es indispensable para que los usuarios puedan acceder a ellos de forma sencilla.
Como beneficio trasladado a métricas, la mejora en la experiencia de usuario puede reducir la tasa de rebote y aumentar el tiempo de permanencia en el sitio, siendo estos dos factores considerados por los motores de búsqueda a la hora de realizar su clasificación.
Aumento de la visibilidad en motores de búsqueda
Google tiene que pasar por millones de sitios web, por lo que cuanto más le facilitemos el trabajo y más “ordenado y limpio” le presentemos el nuestro, más lo tendrá en cuenta a la hora de ordenarlo en sus páginas de resultados.
Una taxonomía SEO bien estructurada ayuda a los motores de búsqueda a comprender mejor el contenido de cada página y su relación con otras páginas del sitio. Esto puede mejorar la indexación y aumentar la relevancia de las páginas para determinadas búsquedas.
Además de esto, también nos puede ayudar a mejorar el CTR mediante la optimización de datos estructurados.
Facilita la navegación y la indexación del contenido
La organización sistemática del contenido en categorías y subcategorías facilita la tarea de los crawlers de los motores de búsqueda para navegar por el sitio, por lo que asegura que más páginas sean indexadas correctamente y de forma más rápida que si no estuvieran categorizadas.
Optimización del enlazado interno
Una correcta implementación de categorías, etiquetas y atributos en nuestro sitio web mejora de forma significativa el enlazado interno. Estas categorías actúan como “contenedor” de los productos y como “distribuidores” de autoridad, repartiéndose de forma equitativa entre los productos incluidos en ellas y guiando tanto a usuarios como a los motores de búsqueda a través del contenido relacionado.
¿Cómo crear una buena taxonomía SEO?
Para aprovecharnos de las ventajas que nos puede ofrecer una taxonomía SEO correcta debemos de seguir un proceso estructurado y planificado. A continuación se listan los pasos principales para realizarla:
Investigación de palabras clave
Para posicionar en los motores de búsqueda, tanto la arquitectura como la jerarquía y la existencia de nuestras páginas web deben de estar ligadas a los volúmenes de búsqueda de las palabras clave más relevantes. Este proceso implica identificar las palabras y frases que los usuarios buscan con más frecuencia.
Accede a nuestra publicación-> Qué es el keyword research y cómo hacer un estudio de palabras clave paso a paso.
Estructuración lógica del contenido
Una vez tengamos una lista de palabras clave relevantes para nuestro negocio, debemos organizarlas y asignarlas a páginas específicas. Esto implica crear categorías principales y subcategorías que reflejen la relación jerárquica del contenido. Por ejemplo, las palabras clave de marca irán a la Home, las transaccionales genéricas a categoría, las transaccionales específicas a producto, las informacionales a blog, etc.
En cada una de estas verticales se ampliarán tantas páginas como necesidades de búsqueda haya, es indispensable utilizar el sentido común para diseñar estas divisiones y asignaciones.
Errores comunes en la taxonomía SEO
Aunque una buena taxonomía SEO puede proporcionar numerosos beneficios, es fácil cometer errores que los reduzcan. A continuación, se enumeran algunos de los errores más comunes y cómo evitarlos:
Sobreuso de etiquetas
Cada etiqueta creada genera una URL nueva, por lo que debemos intentar que las etiquetas utilizadas, aunque sean más específicas que las categorías, no sean diferentes en todas las páginas, ya que de esta forma no estaremos aprovechando su utilidad.
Duplicación de contenido
Debemos orientar cada página a resolver una necesidad de información distinta, si estamos resolviendo la misma duda al usuario desde 3 páginas distintas, Google no sabrá cuál es la “buena”, perderemos visibilidad general y además el contenido estará duplicado.
Falta de actualización y mantenimiento
Siempre debemos estar abiertos a la posibilidad de añadir nuevas verticales en nuestro sitio web, por lo que la taxonomía debe de ser revisable. También puede ser que descataloguemos unos determinados productos, no tengamos interés en seguir con ellos o hayan sido creados de forma puntual, por lo que dicha vertical podría ser eliminada.
Establece un calendario regular para revisar y actualizar la estructura de tu página web. Asegúrate de que todas las categorías y subcategorías siguen siendo relevantes y útiles para los usuarios y motores de búsqueda.
Estructura jerárquica inconsistente
Una estructura jerárquica inconsistente puede dificultar la navegación del usuario y confundir a los motores de búsqueda. Es importante mantener una lógica clara y coherente en la organización del contenido.
Recomendamos diseñar una estructura clara desde el principio y asegurarse de que todas las nuevas páginas y entradas de blog se integren de manera coherente en este diseño.
No utilizar URLs amigables
Las URLs amigables para SEO son esenciales para una buena taxonomía SEO. Las URLs largas y complicadas pueden ser difíciles de recordar y no proporcionan información clara sobre el contenido de la página. Para optimizar las URLs recomendamos que sean cortas, descriptivas, contengan palabras clave relevantes y proporcionen información sobre la jerarquía del sitio (categorías, subcategorías, blog, producto…).
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